Fui por primera vez a Medjugorje en marzo de 1987 con un grupo portugués, de La Fraternidade Missionaria de Cristo Jovem, que me habían encargado que tradujese del portugués al español dos libritos : “Abrid vuestros corazones a Maria, Reina de la Paz” (del que se distribuyeron más de 40.000 ejemplares) y “Abandonaos enteramente en Mí”.
Desde 1989 a 1999 organicé todos los años (menos uno por la guerra) una Peregrinación a Medjugorje y en algunos años dos.
En 1999 como ya había muchas personas que organizaban viajes a Medjugorje y yo, a la vez, estaba comprometido también en “otra causa”, dejé de organizar peregrinaciones.
Pero a principios de 2006 una buena amiga mía, que ha estado en Medjugorje tantas veces como yo, o más, me dijo :”Tengo un grupito de gente que quiere ir a Medjugorje, tenemos fijada la fecha e incluso la Agencia de viajes. La única condición es que tú te encargues del viaje…” Me quedé sorprendido, pero acepté. “Si El Señor quiere que continúe con las peregrinaciones a Medjugorje yo no puedo decir que no”.
Y volví a encargarme de una peregrinación anual a Medjugorje : 2006, 2007, 2008 y 2009.
Siempre han sido grupos pequeños, entre 32 y 39 personas. Nunca reservo más de 40 plazas.
Cada viaje es distinto y nuevo. Por primera vez, este año no hemos visitado al Padre Jozo (lleva un año “sabático” y no recibe) ni hemos visto a ningún vidente. Pero los frutos y las gracias espirituales no han sido menores a los años anteriores, sino incluso más abundantes. Los peregrinos han vuelto contentos, llenos, en su mayoría y, algunos, muy “tocados”.
Por las tardes seguíamos los actos de la Parroquia : Rosario, Aparición de la Stma. Virgen, Santa Misa, Oración de sanación, adoraciones.
Por las mañanas preparábamos nuestro propio programa :
Misa para el grupo celebrada por nuestro capellán, que ha contactado muy bien con el grupo y se ha dado totalmente.
Visitas a las Comunidades : Cenáculo, donde escuchamos el testimonio de un matrimonio de exdrogadictos (a ellos no les parece peyorativa esta denominación, que ellos mismos utilizan), Bienaventuranzas, que visitamos dos veces, una para escuchar a Sor Vicky y otra para oír a Sor Emmanuel, Aldea de la Madre, donde se puede conocer, por encima, la obra del P. Slavko para atender a niños y jóvenes víctimas de la guerra.
Encuentros con sacerdotes. Nos habló el Padre Danko, que nos sorprendió de forma muy positiva. También nos habló el Padre Francisco Verar, gran conocedor de Medjugorje desde hace muchos años y amigo de los videntes. Nos dijo algo que siempre nos repetía el Padre Slavko : “El principal Mensaje de la Virgen es Su Presencia”.
La Virgen se sigue apareciendo todas las tardes y todas las tardes los videntes rezan con la Stma. Virgen por los peregrinos. El momento de la Aparición la Stma. Virgen quiere que se un “encuentro personal suyo con cada uno de nosotros”. Es un momento muy especial.
Providencialmente, me encontré con un amigo mío venezolano, al que llevaba muchos años sin saber nada de él y que se unió al grupo los tres últimos días. Como después de cenar aprovechábamos para hacer “tertulias” en el comedor, para cambiar impresiones y comentar la marcha de la peregrinación, este joven nos dio un testimonio suyo muy bonito y sincero que nos gustó mucho.
También visitamos Tihaljina (donde está la preciosa imagen de la Virgen, que ha dado la vuelta al mundo por su belleza y dulzura) y tuvimos allí una Misa. La verdad es que si te pones debajo de la mirada de la Virgen, la ves viva, te mira y sientes el deseo de no dejar de mirarla.
Al verla y mirarla a los ojos, recuerdo vivamente aquel maravilloso encuentro del 23 de marzo de 1987 y añoro aquella maravillosa Presencia que me envolvió y llenó por completo : Ternura, dulzura, gozo; sonrisa, caricia, abrazo; belleza, pureza, luz; consuelo, bondad y paz…
Visitamos el “Cristo del agua”, algunas personas repetidas veces, para ver manar el agua y mojar pañuelos para los enfermos. En algunos momentos, el agua manó con relativa abundancia, llegando incluso a empapar pañuelos.
Subimos al cerro de las Apariciones, en una mañana calurosa.
Y no dejamos el Via- Crucis y la subida al Krizevac, en la noche del viernes, después de la adoración de la cruz…
Como se ve, un programa normal, sin nada extraordinario, sin nada espectacular. Pero la gracia fue calando, fue entrando en nosotros. Y la gente venía contenta, feliz, alegre, llena. Cada uno se traía algo de Medjugorje, cada unos había tenido su momento.
Todos comentaron como algo muy especial las “adoraciones”, especialmente las del miércoles y sábado en la explanada. Son una delicia : la explanada llena de peregrinos de numerosas naciones, todos los ojos clavados en la Sagrada Hostia, ¡SAGRADA HOSTIA!, palabra que tanto se repite en nuestro país de forma irreverente y blasfema. La Presencia del Señor desde la Sagrada Hostia lo llena todo y llega a todos los corazones. Las consideraciones del sacerdote parecen salidas de la propia boca de Jesús : Sois preciosos a mis ojos, pon tu vida en mis Manos, tú me perteneces…
En fin, misión cumplida. No me queda otra cosa que repetir la canción que más veces he oído en esta peregrinación, especialmente en la oración de sanación : Gracias Jesús, gracias Jesús, gracias Jesús…
El año que viene, si Tú quieres, Señor, volveremos a Medjugorje.